sábado, 1 de agosto de 2009

Bougainvillea glabra. Buganvilla.




Buganvilla.
Gijón, julio de 2009.



¿Por qué estará tan oscuro el cuarto del abuelo? Desde que falleció no volví a entrar en él, sólo miro de reojo cuando paso al lado de su puerta medio abierta. El abuelo hablaba poco, era raro y muy tacaño. Jamás nos dio ni un euro. Mi primo y yo aprovechábamos cuando estaba afuera y le andábamos en los cajones de la mesita, que tenía llenos de terrones de azúcar. Le birlábamos un par de ellos y salíamos corriendo muertos de miedo. Dice la abuela que su cuerpo ya no lo encontraremos, se quedó donde quedan muchos pescadores, en lo profundo del mar. Pero no me fío, era muy raro…

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